Colorín Colorado….

“Érase una vez, en un 3 de marzo, unos alumnos recién llegados de sus primeras prácticas en Educación Infantil  dispuestos a compartir sus experiencias con sus compañeros y aprender con ganas el resto de asignaturas para ver la aplicación que tenía la teoría estudiada en el colegio en el que habían pasado un mes…”

   Con el calor llega el final del curso y toca dar un último sprint con los exámenes, las múltiples entregas y lo más importante, la evaluación de cómo ha sido el paso de las asignaturas para mi carrera y cómo ha sido mi paso por ellas.

   Debo admitir en general, que 2º de Infantil ha sido un curso mucho más interesante porque hemos empezado a dar un temario mucho más específico y acotado que el año anterior y muy práctico de cara al futuro profesional. Literatura Infantil destaca sobresalientemente en este aspecto para mí, porque creo que he aprendido muchas cosas sobre la asignatura muy útiles y que en su momento cuando empezamos el semestre eran muy novedosas.

   Al principio pensaba que Literatura Infantil iba a ser una mezcla de:

  • Literatura tal y como la habíamos dado hasta el momento en el colegio y Bachillerato, sólo que enfocado hacia las fábulas y los cuentos narrativos que se han contado a lo largo de la historia y sus autores. No había pensado ni siquiera en el género poético ni dramático.
  • Habilidades de la Comunicación Oral y Escrita (HCOE), que era una asignatura del curso pasado en la cual trabajábamos muchas técnicas para hablar en público. La relación que encontraba con Literatura era que nos íbamos a centrar en contar cuentos viendo varias estrategias y creía que tendríamos que contar un cuento delante de toda la clase como el discurso final de 10 minutos que teníamos que hacer en HCOE.

   Menos mal que estaba equivocada.

 Los primeros días de clase a parte de conocer a la profesora nos familiarizamos con la guía de trabajo de la asignatura para entender cómo íbamos a funcionar, organizarnos, los objetivos propuestos, los contenidos del temario, etc… No era novedad la metodología del e-portafolios ni del blog aunque recuerdo alguna clase en la que hubo que repasar cómo se utilizaba Blogger. El único cambio que sí que había con respecto al año pasado es que se le dé mucha más importancia al aprendizaje propio y a la valoración del trabajo tanto propio como el de tus compañeros. Por esta razón, he de decir que la metodología de esta asignatura es un punto fuerte sobre el que se sustenta mucho de lo aprendido este curso.

   En mi caso creo que no es lo mismo escribir una actividad que va a ser corregida por una sola persona, que por 4 (tres de ellas compañeros tuyos de clase). Al igual que el hecho de leer y valorar al menos tres blogs diferentes por actividad, hace darme cuenta de en qué aspectos han incidido más unas personas que otras, aportándome nuevos puntos de vista sobre un tema que pensaba que era bastante concreto. Además, para “ver un poco de todo” he intentado no comentar siempre a las mismas personas ya que la diversidad en este tipo de asuntos creo que es un factor muy positivo para el aprendizaje propio, y siempre gusta oír una opinión constructiva o de ánimo de alguien con el que a lo mejor no estás muy acostumbrado a hablar.

   Personalmente me costaba mucho hacer una valoración pensando el qué dirán o “es que no le quiero que se lo tome a mal…” pero creo que este tipo de cosas han hecho que sea más asertiva, tanto yo como mi grupo (y ese es un gran valor).

   Adelanto desde aquí un gracias a todos aquellos compañeros que me han comentado durante el semestre el blog, por su tiempo su sinceridad y ganas de ayudar y animar para que mejore mi aprendizaje.

   Después de dar los primeros pasos con la creación del blog digital, empezamos a tantear el terreno teórico de la Literatura Infantil, aterrizando en la realidad:

“¿Qué los cuentos no se utilizan en Educación Infantil para enseñar? ¿Eso se llama cómo? ¿Parali qué?

Pero un cuento infantil y un libro es lo mismo, no? Tienen hojas, dibujos,…”

   Adoptar el correcto vocabulario básico para expresarse correctamente en la asignatura fue lo primero que aprendí. Por tontas que parezcan las preguntas anteriores, esos conceptos previos han sido la base para comprender bien los apuntes y trabajar correctamente las actividades de cada bloque temático. Me sorprendió mucho este cursillo 0 (aunque fuese el bloque 1) porque está demasiado generalizado el concepto de cuento-libro en el ámbito de lo infantil y en general no hay conciencia de los límites entre cada palabra ni del verdadero sentido de la Literatura.

   La Literatura de adultos sí que se asocia más al disfrute de leer un libro, de exponerse a una experiencia estética. Sin embargo, como a los niños pequeños hasta hace relativamente poco se les han considerado sólo sujetos que deben aprender, nadie se había planteado que también ellos tienen derecho a disfrutar del arte literario y que también deben tener un lugar dentro de este género sin darle un triste uso utilitarista.

    La diferencia entre Literatura Infantil y Paraliteratura Infantil al principio no era muy clara ya que desconocía completamente el segundo concepto. Pero a medida que veíamos ejemplos me di cuenta que llamar cuento a un libro con imágenes, palabras y una historia pobre – si es que la había – cuya pretensión es  dirigir un aprendizaje la mayoría de las ocasiones conceptual, no era Literatura.

  Fue entonces cuando dimos en clase un breve repaso de los diferentes autores pertenecientes a la historia de la Literatura Infantil que me pareció muy interesante ya que veíamos muchos autores europeos que son conocidos pero que a no ser que se estudie Literatura Universal en 2º de Bachillerato, raramente se les da importancia en el currículo español. Creo que es importante para introducir la literatura de autor, que siempre viene bien para contextualizar y tener esa información como cultura general.

   Dentro de los cuentos de autor realizamos la primera actividad obligatoria de la asignatura: el análisis de un texto de autor. Lo que más me costaba era sacar el tema y los valores y contravalores, porque el resto de características se parecían mucho a las que nos pedían en selectividad. Pero una vez, analizamos Adivina cuánto te quiero o ¿A qué sabe la luna? Decidí lanzarme con ¿Qué es el amor? de Davide Cali y Anna Laura Cantone.

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   Opino que esta actividad de bloque es muy importante que sea la primera porque hace que uno vea la importancia de que un libro esté recomendado para una determinada edad, no por el hecho de los conceptos o valores que se le pueden enseñar (sino estaríamos hablando de Paraliteratura), sino porque ese libro reúne una serie de situaciones o sentimientos con los que el niño se identifica porque también está pasando por lo mismo que los personajes. ¿De quién aprendes o te fías más? ¿De un personaje de un libro con el que no tienes nada en común, o de un niño en un libro que llora, se alegra o se enfada por lo mismo que tú? Este me pareció un aspecto muy bonito de la literatura infantil de autor. Además pienso que hace que sea más complicada de “hacer bien”, ya que, muchas veces la influencia de los medios de comunicación y las editoriales impide la publicación de varios textos de autor a no ser que cedas todos los derechos de edición, que sean una fuente segura de ingresos o que ya sea conocido por la sociedad a base de merchandising. Aquí tengo una labor importante de descubrimiento, búsqueda y análisis, como futura maestra para tener los mejores libros de autor ajustado a las edades de mis futuros alumnos para no caer en “los dibujos del momento”.

   Los medios de comunicación, no sólo han puesto las cosas difíciles a la literatura de autor, también ha hecho que estemos menos acostumbrados a oír cuentos folclóricos, porque me da la sensación después del periodo de prácticas, que ya no se cuentan tantos cuentos a los niños, sino que se busca el cuento folclórico ilustrado y recae siempre en las mismas historias. Y con esto, entramos en el bloque 2 sobre los textos folclóricos.

   En este bloque he aprendido en qué cómo aparece el folclore, sus tipos (verso y prosa: mito, leyenda, fábula y cuento) y lo que me pareció más importante: las diferencias entre un cuento de autor y  un cuento folclórico y la adaptación de este último para una determinada edad. Aquí disfruté muchísimo en clase escuchando las versiones originales y completamente diferentes a Disney de La bella durmiente, Blancanieves y los 7 enanitos, Cenicienta o La Bella y la Bestia o el mito de Psyque y Cupido.

   También aprendí que no son lo mismo los recopiladores que las versiones viendo a los conocidos Charles Perrault, los Hermanos Grimm o Andersen en el contexto europeo, y  Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber) y Saturnino Calleja en España.

   Después de ver toda la teoría recopilada sobre la literatura folclórica, tuvimos la actividad del bloque 2 en la cual analizábamos un cuento folclórico y lo adaptábamos. Me gustó mucho porque también vimos en clase que existen multitud de cuentos folclóricos de esos que nos contaban nuestros abuelos (y los abuelos de nuestros padres a sus nietos) que sólo perviven si están en recopilaciones y por transmisión oral que es mucho más rica ya que nunca se cuenta un cuento folclórico de la misma forma y se contribuye a que el folclore siga “vivo”.

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    Debo decir que me he quedado con muchas ganas de encontrar una buena recopilación de cuentos para adaptarlos y poder contarlos a mis futuros alumnos/hijos/sobrinos etc… y de leer Psicoanálisis de los cuentos de hadas e investigar un poco más sobre la morfología de los cuentos folclóricos porque me parece algo muy interesante y opino que conociendo bien la estructura de un cuento, es más fácil adaptarlo y contarlo para cualquier edad.

   Hablando de contar cuentos, “La hora del cuento” era el título del siguiente bloque en el cual ya empezábamos a vernos a nosotros mismos como narradores de historias fantásticas. Este bloque era el que más identificaba con lo que creía que iba a ser la asignatura, pensando que todo iba a ser prácticas para contar historias, los materiales, la comunicación verbal y no verbal, etc… Pero antes de ponernos delante de un auditorio, aprendí lo importante que es preparar una sesión de cuentacuentos ya que no es lo mismo contar un cuento, que leerlo, que narrarlo con imágenes. Son tres estrategias con tres esquemas diferentes y resultados diferentes sobre el público para el que se actúa.

   El cuentacuentos lo veo como una figura que cuenta una historia que él o ella misma anima y deja correr libre el imaginario de los receptores, incluso muchas veces les divierte.

  La narración con un libro ya sea con láminas, con un kamishibai, con un libro grande como la edición de Adivina cuanto te quiero (que era un formato más grande para que lo pudieran ver todos los niños); es una estrategia que cuenta con un apoyo visual. La desventaja frente a la anterior es que limita más la imaginación pero como punto positivo, si se cuenta un cuento con láminas, es más claro para los niños ver la secuencia de los hechos como hacíamos en mi clase de 3 años de prácticas. Una idea que me gustó mucho es la posibilidad de tumbar a los niños en el suelo y que se les proyecte las imágenes en el techo como si estuvieran viendo las estrellas, creo que escuchar y ver un cuento así esa es una experiencia que no deja indiferente.

   Por último está la lectura, que parece la técnica más fácil pero a la vez creo que es la más complicada porque el lector sólo se vale de su voz, su entonación y el texto para atraer la atención de los niños, de los cuales muchos se dispersan con el vuelo de una mosca. Por esta razón, es tan importante tener unos buenos criterios de selección de textos, como vimos en los bloques anteriores, y prepararse la lectura en voz alta para transmitir lo que dice el texto con su emoción e intencionalidad, como estuvimos dialogando en un minidebate un día en clase ya que el receptor de esas palabras sólo cuenta con nuestra voz y su imaginación para recrear lo que escucha.

   Para trabajar más estas estrategias elegimos una técnica y la pusimos en práctica tanto en casa como en un taller de “La hora del cuento” en clase. Elegí el mismo libro que en la primera actividad, ¿Qué es el amor? para hacer narración con imágenes. Ni que decir tiene, que me sorprendió mucho ver la actitud de muchos compañeros al ponerse en “modo lector” o “modo cuentacuentos” ya que ponían mucho de ellos mismos a la hora de relatar y no podía evitar imaginarlos con su clase en un futuro y veinte niños mirándoles y escuchándoles fascinados.

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“Muuu, muuu no sé nadar. Y ahora, ¿qué va a pasar?”

   Más fascinados estuvimos, cuando al llegar al bloque 4, Irune nos dijo que tendríamos que escribir un cuento, un poema y un diálogo teatral para niños de Infantil como actividad obligatoria del bloque. Nunca me consideré poco creativa, pero la verdad es que nunca trabajamos la creación literaria en el colegio salvo algún guion teatral o cinematográfico para inglés y francés.

   Toda incertidumbre desapareció cuando hicimos un taller de poesía el cual me inspiró mucho para la actividad del bloque y me abrió un mundo de posibles actividades para hacer no sólo como maestra, sino también como monitora con mis acampados de 3º de primaria, y también como hobby o distracción, cosa que nunca habría advertido.

   Reflexionando sobre este bloque me planteaba: “Claro, si nosotros los maestros somos los que mejor conocemos a los niños, cómo son, qué les gusta, cómo actúan y reaccionan, cómo piensan,… ¿por qué íbamos a dejar a otro que escriba libros para ellos si todos los días nos movemos y vivimos con ellos?”.

   Por otro lado, también me cuestionaba: “¿y por qué los niños no pueden escribir su propio cuento? ¿No decimos siempre que queremos que desarrollen su imaginación y creatividad además del lenguaje?”. Y aquí fue cuando vimos la creación literaria en varias aulas de infantil con la plena participación de los alumnos y sus familias. Me sorprende mucho porque a partir de un trabajo tan simple, como puede ser rellenar un cuaderno viajero semanalmente, puede surgir un proyecto de colaboración familia-escuela tan maravilloso y tan bueno.

   Y si nos centramos sólo en el ámbito de clase, creo que es una gran ventaja que al niño se le dé la libertad que quiera para inventar una historia y que además colabore en grupo para elaborarla y que después el maestro fabrique un libro y le dé forma, aunque ya hemos visto que no todo vale si queremos que resista y se mantenga en la biblioteca de aula.20150601_195936

   La biblioteca de aula fue el último bloque del temario y un proyecto colaborativo muy real y bonito para mí. Tuve la suerte de trabajar con Andrea y Antía y transformamos un lugar pequeño e incómodo en una fantástica jaima del desierto ambientada en Las mil y una noches. Cuando defino este proyecto como real, no lo digo sólo por su funcionalidad para cuando seamos tutoras de una aula, también lo destaco porque ves las dificultades de ponerse de acuerdo para obtener el resultado final deseado. El trabajo en equipo no siempre es fácil aunque es cierto que he tenido el mejor grupo y no hemos tenido ninguna dificultad a la hora de ponerse a trabajar.

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   Esto es a grandes rasgos lo que hemos hecho durante el curso pero no todo lo que he aprendido. Recaigo otra vez en que la metodología y el planteamiento de esta asignatura ha hecho que conozca mejor a mis compañeros, tanto a los que conocía el año pasado al empezar la carrera como a los nuevos. Me gustaría dar gracias a Antía, Andrea, Lionel, Lucía, Gissela, Bruno, Sandra Delgado, Carmen y a todos los lectores anónimos de mi blog por sus comentarios y por animarme a seguir mejorando. A todos los anteriores y al resto de la clase (Pascual, Sara, Noelia, Ana,…) porque con ellos he mantenido diálogos y debates muy interesantes sobre los que me gusta reflexionar y con los que voy viendo la importancia de la Literatura (ya sé qué me querían decir Almudena e Isabel en la ESO). Gracias a Antonio por su paciencia para aguantar mi humor literario y comeduras de cabeza y mis primeros intentos como cuentacuentos (¡Y el Dixit! ¿Cómo no?). También gracias a quien hace que todo este aprendizaje sea posible con sus apuntes y sus clases, gracias Irune, si algo más he aprendido (aparte de Literatura) que también se puede aprender, y se aprende, mejor sin necesidad de hacer un examen,  trabajando poquito a poco bloque por bloque.

   Además de dar las gracias, quiero disculparme si en algún momento alguno de mis comentarios en los blogs ha podido disgustar a alguien. Si ha sido así lo siento mucho y sólo lo he hecho con el propósito de ayudar con una crítica constructiva, nunca destructiva.

   Por último, no niego que me gustaría acabar con un “y vivieron felices y comieron perdices”. Sin embargo, queda aún mucho por aprender y aventuras que vivir (prácticas de 3º y 4º, el TFG, puede que algún Erasmus…). Así que tengo un verano por delante para organizar todo lo que me gustaría hacer para poder llevar a cabo en mi futuro colegio.

   Entre todas estas cosas:

  • Quiero poder narrar historias a los niños usando todas las técnicas dadas en clase y descubrir más aún.
  • Quiero tener un buen espacio de animación a la lectura, rico en diversidad y estrategias dirigidas por y para los niños.
  • Quiero investigar más sobre la literatura con los enlaces que han aportado los compañeros en sus blogs y la documentación complementaria de la asignatura
  • Quiero seguir experimentando y haciendo creación literaria, ya sea prosa, verso o teatro.

   Y con todos estos deseos, mirando al horizonte sólo puedo decir:

“Y colorín colorado…. Esta historia sólo ha comenzado”

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